"A color."
- La Galletita de Corrospum
- 4 jul 2020
- 2 Min. de lectura
Lléname de color y dime que no estoy hecha a blanco y negro. Se tinta esta noche, crea nuevos matices, nuevas tonalidades. Descubre una nueva paleta de color en mi cuerpo, conviértete en el vicio que pinte mis ojos de cielo y cree auroras en mi sonrisa. Has que esta noche merezca repetición.
Píntame a color las mejillas por tanto sonreír, como el otoño, o mejor como tu color favorito, tal vez si te acercas lo suficiente puedas encontrar mi color real, tal vez no soy del todo escala de gris.
Existen mil posibilidades, mil colores, mil melodías, mil sabores. A veces mis labios tienen sabor azul licor, mi piel sabor rosa vainilla, mis manos son dulces como miel y algunas ojeras gozan de un ligero color vino tinto. En otras ocasiones simplemente no tengo sabor a nada, soy transparente, indefensa, vacía. Sin color.
Alguna vez intente ser todos los colores a la vez, me volví lila, pero alguien decidió que de morado no estaba bien, luego cambie, fui azul, luego rosa, rojo, celeste. Pero ocurrió como con la plastilina, al juntar tantos colores a la vez con la intención de crear un arcoíris hermoso, me volví gris. Un intento de algo que debió ser, pero fracasó.
Aun así, quizá soy el gris más colorido de algún universo, quizá sólo depende del color que habite en cada mirada. La mente es una enemiga que puede llegar a nublar hasta del mas rojo atardecer; y suelen decir que el pasto siempre es más verde en otra perspectiva.
¿Existen ojos que aún lo ven todo colorido?
Dicen que para ver a color debes perderte, y yo, a veces me pierdo. Me pierdo en miradas, en caricias, en sonrisas, en el infinito del universo donde mi alma encuentra paz y mi corazón se emociona con lo intenso de los colores y matices. Es la necesidad de sentarse bajo el manto azul oscuro de la noche, sentir una brisa refrescante. Esa necesidad me hace recordar los días a color, cuando aún mis grises no eran tan intensos, cuando emanaba colores con cada emoción, con cada palabra; cuando cambiaba de color como las hojas, como el cielo, cuando prefería ponerme roja un día y no pálida a diario. A lo mejor, lo que me falta es perderme un poco más, reencontrarme con los pequeños colores milagrosos de cada día, cantar esas canciones que tanto me encantaban, regresar a regalar flores, porque cada color es un deseo diferente, volver a mirar a alguien y ver colores en su sonrisa.
Acompáñame, piérdete conmigo un momento, sígueme por el camino rojo, el azul o el que quieras pintar, recorramos sin tiempo, a lo mejor, podrás ver que no hay solo siete colores en el arcoíris, probablemente podamos rescatar nuestra esencia, recuperar el color de nuestra alma.
Que bonito sería volver a sentir a color…
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