"Conectamos(?"

Tenemos muchas conexiones en la vida, de todo tipo, con distintas personas y cada una es diferente, especial. En lo personal me recorría un miedo acerca de este tema, tenía miedo de no volver a tener una conexión de la manera que la tuve contigo, tan intensa, tan enferma. Pero también pensándolo más a fondo, antes de ti, era impensable para mi pensar en una conexión con alguien; hoy por hoy, tengo la teoría de que estas conexiones jamás desaparecen, solo se debilitan y a veces salen de sintonía y luego si tienes un poco de suerte puedes reconectarte, o volver a conectar con alguien más, pero créeme, será diferente.

Estuve pensando bastante en las conexiones, no hay nada más maravilloso que sentirlas; en lo particular la última relación que tuve estuvo llena de incongruencias como he mencionado, pero teníamos una increíble conexión. Jamás lo planeamos, es mas no era necesario hablar, ocurrió de forma orgánica y se convirtió en un súper poder, éramos una pareja fallida cuyo único éxito era esa conexión y la supimos aprovechar, creamos romance alrededor de nuestra “conexión”. Lamentablemente no bastó, nos dio miedo la inmensidad del océano, porque existían muchas posibilidades de terminar ahogados.

Encontré hace poco una nueva conexión, de esas, espontaneas, transparentes y sublimes; como si conocieras a alguien de algo, como si tuvieran tanto tiempo buscándose. Una conexión, como si tal vez fuera posible que en una vida anterior lo hubieran sido todo y tienen la suerte de volver a coincidir. Comenzamos hablando un poco sobre nosotros, empezando con nuestro día a día, seguido de las típicas anécdotas de cuando eres niño, desde lo más simple hasta hablar de amor; terminamos hablando de sus lunares y mi sonrisa. Es impresionante, como de la nada existen esas conexiones que son naturales, que tarde o temprano encuentras, o en mi caso, reencuentras. Conexiones tan fuertes que permiten sentir todas y cada una de las cicatrices del otro. Porque pasa que cuando menos lo esperas llega alguien para hacerte compañía; que cuando no queremos nada, simplemente estamos cerca como si tuviéramos que aguantar el silencio del otro.

Han cambiado muchas cosas en estos meses, desde que entendí que lo mío tal vez no eran los girasoles, sino tal vez las rosas; que no iba a morir esperando la primavera, porque el invierno era más fácil de soportar de lo que creía. Quizá era el momento de volver a empezar, de sacarle un sol a la tormenta, de reírse hasta que duela, de encontrarse, de abrir los ojos, atreverse a soñar y al menos en este momento conectar. Y no es por ser incisiva, pero como no romantizar una conexión, el hecho de que en todo el cosmos alguien te haga sentir una conexión, que nos altera la monotonía de la manera más agridulce.

Todos siempre hemos y tendremos conexiones; y por una fracción de segundo seremos infinitos.