Semana #1, mes #3

Nos volvimos a ver, ahi estabamos una vez mas, uno en frente del otro, me habia aterrado este momento desde que decidimos dejar de vernos, temia recaer, temia que volvieras a hacerme estremecer con una mirada, temia no poder contener las lagrimas y que toda esta "superación" haya sido en vano; pero no conte con que la persona que volví a ver no eras tu, era alguien mas oscuro, ya no me hacias sonreir. En ese momento sentí alivio, no estaba equivocada en lo que sentía, ya no quedaban fragmentos de ti en mi, definitivamente ya era tarde para un reencuentro y aunque sonrei por los viejos recuerdos, ya no tuve la necesidad de seguir mirandolo. Supongo que eso me da algo se seguridad, logré sanar; siempre he sido muy insegura e indecisa, pero por primera vez siento que estoy haciendo algo bien; siempre tuve la mentalidad de que necesitaba a alguien que me haga sentir segura, que tome mi mano decidido a no soltarme, pero después de todo y cayendo en cuenta de mi vida hasta ahora, nunca necesite a nadie. Solo era yo, contra todo. Y bueno, si las flores logran crecer a través de las capas de nieve, entonces aun me quedan esperanzas. No niego que existen personas que ayudan; de esas que te alegra tener en la vida, que dan respuestas y no problemas, confianza y no mas dudas. Esas personas bonitas que son un alivio al estres y no una causa de ello. Pero esta en ti (mi) al final, atraer a esas personas positivas y eliminar a las negativas, porque aunque suene trillado debes estar con alguien bueno para tu salud mental, que te dejen sentir, que no tengan miedo, que te dejen ser tú, porque no hay nada mas toxico que te prohiban ser quien eres, tener que guardar tus secretos, ocultar las lagrimas y silenciar tus sentimientos. Para finalizar, quiero hacer un brindis, por todo lo que he aprendido en este tiempo, por toda la gente buena que volvió a mi vida, por toda la que estoy por conocer y aunque a veces quisiera que la vida tuviera un boton de pausa y de rebobinar, la verdad es que me gusta mas crecer de a pocos, porque lo que dolió ayer, hace que hoy todo vibre bonito.